Es una constante en México que la ciudadanía (me incluyo en esta gama de celebridades) nunca esté conforme con lo que dicen las autoridades. Sea quien sea, si tiene poder de cualquier índole siempre surgen los comentarios negativos a la que dice y por ende, terminamos haciendo lo contrario.... esta postura sólo impide el progreso como país y nos estanca. Creo que es momento de cambiar ciertas actitudes y razonar críticamente; no, repito, NO hay que decir a todo Sí pero hay que ver cómo piensa el gobierno llevar la directriz y permitirle trabajar con cierto consenso interno.
En fin, creo que este cartón de Paco calderón ayuda a entender lo que con mil párrafos jamás terminaría de explicar.
Si un ciego se pone a guiar a otro ciego... ¿ambos careán al hoyo?
Le Bon acepta la proposición de que los seres humanos son ante todo, criaturas grupales. Esto es algo que los griegos llamaban “hombre gregario”. Creía que la multitud, aunque fuera pasiva, tenía la característica de ser inherentemente imitativa; todos los estímulos que percibe son obedecidos automáticamente sin importar lo denigrante que pudiera ser. Lo crucial para la multitud es la presencia de una figura central e inspiradora que los incite a la acción. Ese estimulo compulsivo surge a partir de una relación carismática potente que en ocasiones cae en la intolerancia y una sola realidad de la vida. Sobran ejemplos para explicar más este argumento.
El individuo líder posee una energía que se cree invisible y él se auto-dota de un poder o autoridad sobre los débiles imponiéndoles la dirección que les falta. Freud y Le Bon enuncian que si los individuos dentro de la masa están ligados en una unidad, tiene que haber algo que los una. Este medio de unión es justamente lo característico de la masa por lo que la pasiva multitud sigue instintivamente a cualquiera que expresa creencia intensa como un mundo nuevo, mejor y libre de corrupción. Cabe resaltar que en la masa o multitud los individuos pierden sus características personales y pasan a ser una unidad casi indivisible que seguirá al líder. El contagio de la masa es un fenómeno fácil de comprobar pero inexplicable para Freud y Le Bon. En la multitud todo sentimiento como llorar, gritar o golpear es contagioso lo cual produce que los individuos sacrifiquen su interés personal y luchen por la colectividad. El ejemplo más claro de esta premisa son los fanáticos de fútbol cuando observan a su equipo jugar. Ellos, sin preocupación alguna, descienden en la escala de civilización hasta convertirse en trogloditas.
El líder debe recurrir a lenguaje claro y significativo para la masa. Si puede hablar con palabras comunes a la masa mejor. El uso de metáforas y mitos auxilian su técnica de cohesión, Charles Lindhlom menciona que en exagerar, afirmar, valerse de repeticiones y nunca tratar de demostrar nada con razonamientos ayudan a reflejar y encarnar el mundo irracional prometido ante la multitud. Al mismo tiempo se debe adular las aspiraciones de los miembros, compartir sus sentimientos y demostrar ante todo sus aptitudes. Como premio se genera humanidad en el líder -adquiere el nombre de salvador de los pobres, Mesías o filántropo- por lo que los fieles tenderán a imitarlo y hasta idolatrarlo.
El paradigma de grupo- líder radica en su unión por la efervescencia colectiva y, sobretodo, la excitación contagiosa que produce el “amor” entre sus integrantes. Gabriel de Tarde menciona que la persona denominada “activo” es amado por el “pasivo” y este lazo de amor mantiene vinculada a la sociedad, dicho esto suplico al lector poner atención y aprender de los errores para evitar repetir la historia como generalmente hemos hecho hasta ahora.
