lunes, 27 de octubre de 2008

¿Áreas de oportunidad para el gobierno?


Estaba revisando los periodicos y me encontre esto que me pareció muy interesante, lo dejo para sus comentarios y críticas.

27-Oct-2008
Juegos de Poder
Leo Zuckermann
Un gobierno débil



La debilidad del gobierno calderonista se debe a cuatro factores. En primer lugar, de acuerdo con el Índice Shugart-Haggard, el Ejecutivo mexicano es uno de los más endebles de todos los sistemas presidenciales del mundo. Frente al Poder Legislativo, sólo tiene el poder de veto total de las leyes que aprueba el Congreso. En otros países, los presidentes gozan de otro tipo de poderes frente a la Legislatura como los vetos parciales, la presentación exclusiva de iniciativas, los decretos temporales o la afirmativa ficta. La realidad es que el Ejecutivo mexicano cuenta con pocas facultades constitucionales. Huelga decir que Calderón no tiene la culpa de esta situación.

El segundo factor que explica el gobierno débil es que el partido del Presidente no tiene la mayoría en ninguna de las dos cámaras legislativas. El PAN cuenta con 41% de los diputados y de los senadores. Para sacar adelante su agenda legislativa, el Presidente necesita los votos de algún partido opositor. En la medida en que el PRD, el PT y Convergencia, que integran el Frente Amplio Progresista (FAP), sigan desconociendo la legitimidad del Presidente, a éste sólo le queda negociar con el PRI para tener mayoría en el Legislativo. Gracias a la radicalización del FAP, el tricolor es el partido con más poder en el Congreso. Una vez más, Calderón no tiene la culpa de esta circunstancia.

El tercer factor de la debilidad gubernamental es la existencia de una oposición semileal, muy vocal y escandalosa, que tiene permanentemente amenazado al Presidente de incendiar al país. Desde que perdió, López Obrador prometió que haría hasta lo imposible por impedir que el gobierno calderonista tuviera éxito. Desde el 3 de julio de 2006, le ha hecho la vida de cuadros al Presidente. Esto, sin duda, dificulta la acción gubernamental. Como en los dos casos anteriores, Calderón tampoco tiene la culpa de este factor.

Ahora bien, hay un cuarto factor que explica la debilidad gubernamental en donde el Presidente sí es culpable. Se trata de la obstinación de Calderón de gobernar con un círculo muy cerrado de amigos que le son ciento por ciento leales. El Presidente ha preferido la lealtad a la capacidad en su equipo de trabajo. Muchos de los funcionarios, aunque calderonistas de hueso colorado, han demostrado deficiencias a la hora de operar. Esto, sin duda, ha debilitado aún más al gobierno.

La aprobación de la reforma de Pemex en el Senado la semana pasada evidenció de cuerpo entero la debilidad del gobierno calderonista: un Presidente sin muchas facultades constitucionales, sin mayoría en el Congreso, amenazado por una oposición muy vocal y carente de operadores de peso.

Y lo que viene…

Una vez que se apruebe la reforma de Pemex y el Presupuesto de Egresos de la Federación en la Cámara de Diputados, lo cual será complicado, la cooperación legislativa de las distintas fuerzas políticas terminará por una razón sencilla: los partidos van a comenzar a competir rumbo a las elecciones de 2009. Y estos comicios no se ven nada halagüeños para el partido del Presidente. En la más reciente encuesta de Consulta-Mitofsky de septiembre, si se descuenta a los indecisos, las intenciones de voto para la elección de diputados federales quedan en 46% para el PRI, 35% para el PAN y 15% para el PRD. Esto a nueve meses de la elección sin campañas ni candidatos. Pero la realidad es que, hoy, el PRI se ve muy fuerte para el próximo proceso electoral y, si se toma en cuenta la crisis económica que viene, pues las perspectivas para el PAN no son nada buenas.

De hecho, con estos números de la encuesta se hacen posibles dos escenarios que serían terribles para el Presidente. Primero: que el PAN pierda más de 50 diputados. ¿Por qué 50? Pues porque son el número de legisladores que el PAN perdió en la elección intermedia de 2003. Si el PAN disminuye más, se dirá que Calderón perdió más diputados que Fox, lo cual será un mensaje de debilidad gubernamental. Pero este no es el peor escenario para el PAN ya que, con 46% de votos, por el sistema electoral mixto que tenemos, el PRI podría ganar la mayoría en la Cámara de Diputados. Esto mandaría un mensaje todavía más contundente de debilidad gubernamental.

Si el PRI es hoy el partido más poderoso en el Congreso, pues imaginemos cómo quedará en caso de ser el gran vencedor en la elección de 2009. Y a todo esto hay que sumar que López Obrador seguirá dándole lata al gobierno y que, a partir de la elección intermedia, comienza el proceso de sucesión presidencial donde los presidentes inevitablemente van perdiendo poder incluso dentro de su partido. Recuérdese, tan sólo, cómo el propio Calderón se enfrentó con Fox por el tema de la sucesión presidencial.

En suma: si hoy tenemos un gobierno débil, hacia el futuro, para la segunda mitad del sexenio, se vislumbra un gobierno más endeble.

¿Qué puede hacer el gobierno?

El único factor que puede controlar directamente el Presidente para fortalecer su gobierno es reforzar su equipo de trabajo. Calderón tiene que atraer al Ejecutivo a los funcionarios más capacitados del país. La designación de Jorge Tello Peón como asesor de seguridad nacional es un buen signo en esta dirección. Sin embargo, si el Presidente continúa reforzando su equipo de trabajo, no va a ser fácil atraer al Ejecutivo a profesionales de la talla de Tello Peón ya que muchos no van a arriesgar sus carreras con un Presidente que va de salida.

En cualquier caso, para los mexicanos son una mala noticia las perspectivas de un gobierno débil tomando en cuenta el huracán económico que viene y la terrible guerra que está enfrentando el Estado contra el crimen organizado.

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